2 de agosto de 2012

Ruta Excalibur Toluca 2012: Día 4

Domingo 15 de Julio
Fin de Ruta


Esta mañana, a las 7:00 el cuerno sonó por última vez. Éste era el último día de ruta, y después de hoy todo volvería a la normalidad. La aventura terminaba hoy.

Me desperté gracias al sonido del cuerno, todavía húmedo por la lluvia de ayer.
Me senté y noté que mi sleeping estaba húmedo también. Cuando giré para ver a mi alrededor, noté que había un pequeño río... dentro de la tienda de campaña. Y no solo eso: el río daba a un lago, dentro de la tienda, del lado donde Josué había dormido, y digo había porque en ese momento no se encontraba ahí, ni en ningún lugar dentro de la tienda.

Me quedé ahí sentado, un rato, antes de comenzar a levantar al equipo. Cuando estábamos ya despiertos, nos quedamos sentados comentando sobre el río dentro de la carpa, cuando comenzaron a sonar el llamado para líderes.
Sinceramente no recordaba que iban a llamar líderes, y no estaba listo para ir, así que Josué se ofreció a ir en mi lugar.
Mientras Josué asistía a la reunión, en la tienda nos preparábamos para salir.
Comenzamos a cambiarnos, buscando las prendas más secas entre la ropa que nos quedaba, pero muchos de nuestros intentos fueron en vano, pues casi toda la ropa estaba en el mejor de los casos húmeda, en el peor nadando en el lago de la tienda de campaña.
Lo mismo podía decirse de las mochilas.

Cada quién seleccionó lo que en mejor estado se encontraba, o lo que consideró prudente, y se puso eso.
Yo escogí unas calcetas mojadas, una camisa de manga larga seca, y me puse el uniforme junto con las botas mojadas. Entonces salí y me encontré con el frío exterior.

Justo cuando salía de la tienda, Josué iba llegando con las noticias de la junta.
Nuestra hora de salida del día era a las 8:34, y ya casi eran las 8:00.

Se salieron de la tienda los que faltaban y algunos comenzaron a levantarla, mientras otros nos poníamos a acomodar las cosas de forma que ya todo cupiera en una sola mochila.
Una vez que tuvimos todo listo nos fuimos del campamento, pero en lugar de ir a el inicio de ruta, comenzamos a buscar alguna forma de subir al estacionamiento, para recibir los últimos consejos del Jefe.

Esa fue una muy mala decisión. En lugar de llegar directamente al estacionamiento, dimos una vueltota por el parque, para llegar al estacionamiento, a 5 minutos de nuestra hora de salida, y Edgar no estaba en el carro.

Enojados, nos fuimos al punto de salida, y discutiendo entre nosotros. Casián y yo íbamos prácticamente gritándonos entre nosotros, se estaban sumando los problemas del día anterior con los de este día, y el resultado estaba siendo desastroso.

Llegamos al punto de partida y recibimos las coordenadas del Staff. Nos fuimos a un pequeño mirador a localizar el punto.

-"¡Esta ha sido tu peor decisión en toda la ruta!"-Me dijo Casián, después de ver la hora.

Yo no pude más, llevaba ya buen rato conteniendo lo que pensaba.
-"¡Mi peor decisión fue aceptarte en el equipo, y fue mi primer error de la ruta!"- Fue mi respuesta.

Después de ese intercambio de palabras, el silencio reinó en el equipo.
3 veces coloqué un punto en el mapa, y 3 veces el Staff me dijo que estaba mal.
A la cuarta lo localicé correctamente. ¿Cómo había sido tan tonto? era el único punto marcado en esa ciudad donde había una escuela y una iglesia.

El Staff nos dio salida, eran las 8:58. Habíamos perdido una cantidad desmesurada de tiempo.

Salimos a carretera, y ahí nos encontramos a Edgar, quien nos dijo que nos apuráramos.
Ulises (que se había unido al equipo para acompañarnos hoy), Josué y yo nos fuimos por delante, y algunos metros atrás, Casián y Mao nos seguían el paso.

Avanzamos por las calles de Avándaro, observando las lujosas casas, hasta que encontramos una tienda de veleros, donde nos dieron las indicaciones para llegar a la escuela y a la iglesia.

Ulises se adelantó para ver la base, mientras que nosotros nos reuníamos y apretábamos el paso.

Avanzados unos metros, Ulises nos alcanzó de regreso (yo no pude evitar preguntarme como podía hacer eso) y nos dijo que la base estaba muy cerca, en un quiosco, y que nos apuráramos.
Así lo hicimos, y en poco tiempo llegamos a la base.

Seguimos entonces la rutina de siempre: Gritamos y recibimos las coordenadas, que nos sacaban del pueblo y nos llevaban a un punto en la carretera, un poco más cerca del lago que se encuentra en el valle.

Una vez verificado el punto, partimos, siguiendo una calle que teníamos enfrente.
Caminamos unos metros, y Mao y Casián se detuvieron a comprar un jugo de naranja, mientras el resto los esperábamos.

Cuando lo hubieron comprado, seguimos caminando, a paso rápido, pues queríamos hacer poco tiempo y llegar temprano a la base final.
Fue aquí que Edgar me marcó, y me dijo que nos apuráramos, que le metiéramos ganas.
Le dije que Mao y Casián (que venían atrás) estaban muy cansados, y no iban a poder correr.
Decepcionado, me dijo que estaba bien, que le hecháramos ganas y que nos veíamos en la meta.

Dimos vuelta en una calle, por instrucción de una persona del lugar, y tomamos la carretera al lago.
Seguimos caminando, a un paso bastante rápido, cuando nos detuvimos para revisar el mapa y esperar a Casián, que se había atrasado un poco. Mao ya estaba con Josué, Ulises y yo.

Viendo el mapa Josué preguntó si no podíamos cortar camino como el día anterior, pero las casas de la gente adinerada del lugar hacían esa hazaña imposible.
Así que nos tomamos una foto antes de continuar. 

Seguimos nuestro camino, avanzando rápidamente hacia la segunda base del día.

Ulises iba hasta enfrente, a una velocidad mucho mayor que la del resto del equipo, y Mao intentaba llevarle siempre el paso, con resultados desastrosos, que le sacaban a Mao algunas palabras ("¡pinche Ulises, tu no corriste los otros días!") y a mí una sonrisa, pues a pesar de estar cansados, el espíritu se mantenía en la mayoría. 

Mao intentaba, pero Ulises se la llevaba. 
Media hora después de haber salido de la base 1, llegamos a la base 2.
Llegamos y nos dimos cuenta de que Casián venía muy atrás, así que nos pusimos a tomar agua y platicar con el Staff de la base. 
En esta base estaba Vivani, el paparazzi oficial de Mao (según el mismo Mao), quién nos tomó algunas fotos. 
Cuando vimos a Casián doblar en la última curva, comenzamos a gritarle, y alcancé a escuchar a Mao gritar algo como: "¡¿No que no te iba a alcanzar hoy, náutico?!" o algo parecido, y no pude evitar reírme. 

Una vez que Casián hubo llegado, gritamos y recibimos nuestras nuevas coordenadas.
El punto final del día se encontraba a pocos kilómetros, a un lado del lago, en un parque. 

Continuamos, esta vez corriendo (o trotando), cantando, y hasta discutiendo. 

Nos topamos con equipos que, al vernos ir corriendo nos decían que para qué correr, si ya estábamos cerca. Lo cierto es que ya llevábamos ritmo, y no pensábamos detenernos. 

Trotamos, corrimos y seguimos avanzando, pasando por más partes del pintoresco pueblo, hasta ver por fin, el parque. 

Desde el parque emanaba una gran cantidad de ruido: Gritos, vítores, aplausos. 

Entramos al parque Josue, Ulises, Mao y yo, y bajamos las escaleras hasta llegar al centro, con gritos de apoyo que venían de todos lados. 

A lo lejos, escuché a Edgar gritarle a Casián que se apurara, y cuando hubo llegado, gritamos por fin. 

La ruta había terminado. 

Cansados, fuimos a reunirnos con Edgar, quién me dió un abrazo mientras me decía: 
"Bien hecho muchacho, bien hecho". Hacía tiempo que no me sentía tan bien. Estaba cansado, mi cuerpo mallugado, mis piernas destrozadas... pero mi espíritu ardía como nunca antes. 

Nuevamente, habíamos entrado a una ruta, y, aunque no hubiéramos ganado, habíamos terminado, y habíamos hecho un mejor papel que el año anterior. Habíamos aprendido mucho de la ruta anterior, y la experiencia adquirida se había dejado ver. 

Cansados todos, nos tiramos en el suelo. Ahora seguía el juego de esperar. Hacían falta muchos equipos, y teníamos que esperarlos a todos.

Muchas gracias Equipo. Buena ruta.

Nos quedamos esperando mucho tiempo, que utilizamos para saldar y felicitar a amigos que ya habían terminado.
De manera muy efusiva, cabe mencionar



Como era de esperarse, también nos pusimos a hacer el recuento de daños corporales:

Malditas ampollas... 

El Staff de prensa nos llamó en un punto de la tarde, para hacernos una entrevista, como al resto de los equipos, donde platicamos nuestras experiencias y aprendizaje.

Después de la entrevista, platicamos, cantamos, y discutimos los puntos buenos y malos que habíamos tenido en la ruta.

Y entonces nos dormimos en las gradas, esperando la ceremonia de clausura y los equipos faltantes.


Y como es su costumbre, Mao se fue a dormir como todo un vagabundo.

Esperamos mucho, y cuando por fin todos los equipos se hubieron reunido, la ceremonia de clausura tuvo lugar. Fue un momento muy emotivo, y al final, cuando por fin se reveló al ganador, no pudimos si no aplaudir a Zacatecas, merecedor ganador del título. 

¡Felicidades!

La ruta oficialmente había terminado, y era hora de volver a Toluca, para festejar.
Para mañana ya estaríamos de regreso en México, y necesitaría descansar mucho, pues hay que comenzar a entrenar para la ruta Excalibur Zacatecas 2013. 

Antes de por fin terminar la bitácora del día 4 de la ruta, y con ella la de toda la ruta, quiero agradecer a los muchachos que me acompañaron durante estos 4 días, sin ellos no hubiera aprendido lo que aprendí, vivido lo que viví, y mucho menos renovado mi convicción de volver a la siguiente ruta. 

Ulises, Josué, Casián, Mao... MUCHAS gracias. Los quiero un chingo (aunque me saquen corajes). Espero que el próximo año nos vaya mejor, no olviden lo que aprendieron en esta ruta. 

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