Tercer día de ruta
NOTA: Debido a la naturaleza de los sucesos acontecidos en el tercer día de la ruta, nos fue prácticamente imposible tomar fotos para alimentar la bitácora. Existen pocas fotos de este día tomadas por nosotros mismos, y las que sí hay (que no tomamos nosotros) fueron tomadas por el staff de prensa y aún no se encuentran en nuestras manos. Espero que no sea demasiada molestia el hacerlos imaginarse gran parte de la aventura.
Así mismo, notarán que en esta bitácora se menciona mucho a Corazón de León, esto es porque después de que algunos de sus miembros nos retaran a ganarles abiertamente, nosotros teníamos el firme propósito de vencerlos, y este fue un día decisivo para nosotros.
Alrededor de las 6:40. Me desperté dentro de la casa de campaña, me senté y observé a mi alrededor.
Josué dominaba todo el lado izquierdo de la casa, mientras que Mao, Casián y yo nos encontrábamos en el centro-derecha de la casa. Giré mi cabeza y me sorprendió ver que Ulises se había movido de estar al lado de Josué, a acostarse paralelo a la puerta de la casa.
Los desperté a todos para que empezaran a alistar las cosas, ya que teníamos más desmadre que los 2 días anteriores. Mientras nos levantábamos todos, Edgar, al puro estilo Sinaloa, puso a todo volumen música Sinaloense, y el campamento completo tuvo que resignarse a escuchar un poco (o mucho) de banda.
Me puse lo último que me quedaba en cuanto a ropa seca y fue entonces que escuché, a semejante hora, el llamado de líderes.
Salí y antes de correr al llamado, le pregunté a Edgar porqué habían llamado tan tarde a los líderes, a lo que me respondió que probablemente se debía a que durante la noche el Staff organizador se había tenido mucha actividad, probablemente debido a equipos perdidos o detalles que solucionar.
Corrí entonces a la reunión, donde nos dijeron lo de todos los días: Los horarios de salida de cada equipo.
Terminando la reunión fui a la tienda por unas cocas y regresé al campamento, donde mis compañeros ya salían y comenzaban a arreglar sus cosas.
Les informé de la hora de salida, y me puse a arreglar mis cosas. Para cumplir completamente con esto último, fui a las gradas por lo que quedaba de nuestras cosas oreándose, las que, por supuesto, no se habían secado completamente.
Me puse mi camisa de licra y mi uniforme, y después de sacar lo que quedaba en la tienda, la desarmamos y guardamos.
Los siguientes minutos fueron dedicados a acomodar la mochila y comer algo que contara como "desayuno" que en este caso fueron chocolates que Edgar nos regaló. La música seguía sonando.
Cuando la hora se acercaba para salir, Edgar apagó su música, y nos vió mientras gritábamos, buscábamos las coordenadas, y gritábamos de nuevo.
Salimos del campamento base a las 8:27 y tomamos la carretera, pues la primera base se encontraba en algún lugar a ella, a unos 2 o 3 km del punto de salida (en línea recta, la carretera serpenteaba).
El camino a la primera base fue fácil de seguir, pues la carretera si aparecía en el mapa, y era mucho más fácil seguir el rumbo.
Cuando llevábamos cerca de un kilómetro recorrido, el equipo Corazón de León nos pasó por un lado, apretando el paso para dejarnos atrás. Eventualmente lo lograron, y llegamos incluso a dejar de verlos.
-"Hay que correr" me dijeron los miembros de mi equipo
-"No" les respondí. -"Hay que apretar el paso solamente, recuerden que deben llevarnos más de 9 minutos para que su ventaja comience a contar" (Esos 9 minutos a los que me refiero es a los 9 minutos que había entre ellos y nosotros en las horas de salida. Ellos deberían haber salido 9 minutos antes que nosotros).
Apretamos el paso, y al cabo de algunos minutos llegamos a la primera base
Cuando llegamos, CL (Corazón de León) ya estaba ahí, y estaban por salir.
Llegamos con el Staff, gritamos y recibimos las coordenadas, que encontramos rápidamente.
Cuando salimos de la base, muchos equipos habían llegado y estaban saliendo también, ya que la facilidad de acceso a la base daba pie a que los equipos llegaran rápidamente.
Gritamos y recibimos las coordenadas, y encontramos que el punto al que teníamos que ir se encontraba aproximadamente a 7 km de la base 1 (en línea recta, los caminos le agregan algunos km más).
Una vez localizado el punto, avisamos al Staff, gritamos y nos retiramos.
Avanzamos por un camino que se encontraba junto a la base (y que no era la carretera), y giramos a la izquierda en la primera intersección que encontramos (pues el mapa así lo decía), a unos 10 metros de la base.
El camino que tomamos subía, por lo que tuvimos que avanzar un poco más lento de lo que lo habríamos hecho en la carretera.
Al frente del equipo íbamos Josué y yo, uno o 2 metros atrás estaba Mao, y a otro metro se encontraba Casián, platicando con Rovers de otros grupos.
Habíamos recorrido alrededor de 50 metros cuando escuché atrás de mi la voz de Casián:
-"¡AMIGO CON HIPOTERMIA!"
Tengo que mencionar que me sorprendí al escuchar la frase. Yo sabía perfectamente a quién se refería, y yo hacía a ese equipo ya con mucha ventaja frente a nosotros.
-"Casián, déjalo y camina"- Fue lo único que le pude decir. Si ellos venían junto a nosotros significaba que llevábamos ventaja de tiempo, y quería mantenerla. El equipo tenía un objetivo, y como líder recaía gran parte de la responsabilidad de guiarlos hacia ese objetivo en mí.
Por desgracia, aunque Mao y Josué apretaron el paso, Casián no lo hizo así, y siguió burlándose en voz alta.
Seguimos avanzando unos buenos 30 minutos más, y seguíamos a la par los 2 equipos, con otros tantos rodeándonos.
Llegamos a una cerca que nos separaba de un camino de concreto, al llegar ahí asumí que nos encontrábamos en un pueblo llamado Godínez Tehuastepec, y que ya habíamos avanzado alrededor de 1/3 del trayecto, pero no contaba con que el mapa del INEGI estaba desactualizado (aún tras haber caído en ese truco antes).
Seguimos el camino de concreto, hasta que nos encontramos de nuevo con un camino de terracería, con mucha tierra suelta, como si fueran a construir algo ahí, y fue entonces que me preocupé.
No entendía lo que pasaba, pues de Godínez y hasta la base el mapa marcaba puro camino de concreto o carretera.
Me detuve un momento para revisar el mapa, perplejo y desconcertado.
Solo había un camino: el de terracería, aún así, me preocupaba no saber exactamente dónde nos encontrabamos, ya que podríamos estar desviados de nuestro camino.
CL se nos adelantó unos metros, pero no me preocupé mucho, después de todo, si nosotros estábamos perdidos, ellos también.
Después de un tiempo, decidimos continuar por el camino, y preguntar al primer poblador sobre nuestra ubicación.
Continuamos avanzando, solo que ahora menos equipos iban con nosotros. Cuando alcanzamos a Josué (que se había adelantado cuando nos quedamos decidiendo que hacer) nos contó una historia que me hizo el resto del día:
Cuando ustedes se detuvieron, yo avancé un poco y me senté en una piedra. CL se detuvo justo enfrente de mí, y se pusieron a discutir lo mismo que ustedes. Cuando estaban discutiendo sobre a dónde ir, Gustavo Gabriel se incó, puso su puño en el suelo y dijo: "Siento vibraciones, es ¡por allá!"Riéndonos seguimos avanzando por el camino, hasta que llegamos a una bifurcación, con los 2 caminos llenos de marcas de los otros equipos que ya habían pasado.
Fue en ese breve momento de indecisión que un hombre con un rifle de caza y un perro se convirtió en nuestra salvación.
Me le acerqué y le pregunté por un pueblo llamado Tierra Grande, que se encontraba a un kilómetro del punto donde se encontraba la base, en la misma dirección desde donde estábamos.
Desconcertado, el hombre me respondió: "¿Tierra Grande o Godínez? Godínez está aquí cerca, Tierra Grande no lo conozco"
GODÍNEZ ESTÁ AQUÍ CERCA
AQUÍ CERCA
CERCA
Las palabras se quedaron suspendidas un momento. Godínez estaba cerca, hacia adelante, no hacia atrás.
Eso significaba que no estábamos donde yo creía que estábamos, y por lo tanto íbamos por buen camino, solo que el INEGI había hecho de las suyas nuevamente.
"¿Por dónde para llegar a Godínez?"
"Bajen por el camino de la derecha, y sigan por él hasta que se encuentren una torre, ahí cerca está el pueblo"
Por su forma de hablar eso fue lo que alcancé a entender, pero a mí me bastó.
Tomamos el camino sugerido por el señor, pero cuando estábamos ya animados y listos para seguir, escuché:
-"Hay que detenernos a descansar"
Era Casián, y se veía agotado y harto. Nos detuvimos entonces, y Mao me lanzaba miradas que indicaban que no le agradaba la idea de descansar, pero igual se sentó. Tomamos agua, Coca-cola y nos comimos unos chocolates, y yo aproveché para revisar el mapa. Saber nuestra posición era muy importante, y no quería perder tiempo.
Foto cortesía de Josué. |
Después de unos minutos, continuamos nuestro camino.
Continuamos por el camino que se nos había señalado, alrededor de 30 minutos más, hasta que encontramos un arrollo, donde algunas personas lavaban ropa. Les pregunté hacia dónde quedaba Godínez, y me respondieron que las casitas que se veían arriba de una pequeña colina... eran las casas de el pueblo que buscaba.
Emocionado, apreté el paso, y subí la colina para encontrarme por fin, con el pueblo.
Una vez en el pequeño pueblo (que no eran muchas casas, en realidad) busqué una tienda y re abastecí a mi equipo de Coca-colas, ya que es bien sabido que sin ellas no podríamos continuar (el azúcar nos mantenía vivos en la altura, y le daba a nuestro cuerpo qué quemar).
Seguimos avanzando, hasta que salimos del pueblo. Nos comenzamos a adelantar un poco, a un paso considerablemente bueno.
Entonces Casián dijo: "Estoy cansado, hay que descansar".
Por mero instinto volteé a ver a Mao, que veía a Casián con un profundo odio.
-"Casián"- Le dije. -"Tenemos que descansar menos y caminar más, CL nos lleva mucha ventaja ya, y si de verdad quieres ganarles tenemos que seguir"
-"Ya les ganamos ayer y antier, ya con eso les ganamos"
-"No hemos ganado Casián, cualquier cosa puede pasar en 2 días"
Fue en ese momento que se acercó el equipo con el que Casián venía normalmente, y en el acto, casi por arte de magia, Casián se levantó y dijo: "Hay que continuar". Y se puso a platicar y cotorrear con el otro equipo.
Mao y yo estábamos MUY enojados para este momento.
Como se podría apreciar en ésta, la última foto antes de la base final |
Continuamos, y cada paso que dábamos nos alejaba a Mao, Josué y a Mí de Casián.
Fue en algún punto por aquí que Edgar me llamó, y le conté lo sucedido, y me dijo, antes de que colgáramos, que CL había llegado a la base hacía 8 minutos, y que a eso le sumáramos lo que nos faltaba para llegar a la base 1.
Estábamos Jodidos.
Apretamos el paso Josué, Mao y yo, y cuando ya estábamos muy cerca de la carretera donde estaba la base, decidimos comenzar a trotar a intervalos (esto es, caminar un tiempo, trotar otro), dentro de nuestras posibilidades físicas, para hacer menos tiempo a la base.
Seguimos a este paso, y eventualmente, vimos a Edgar parado en un camino a la izquierda de la carretera, y pasados unos segundos, lo escuchamos gritar que nos apuráramos.
Corrimos. Mao llegó primero, un momento después llegué yo, y Josué llegó cerca de un minuto después.
Me puse a discutir con Edgar acerca de lo ocurrido mientras Mao y Josué tomaban agua.
Pasaron muchos minutos más antes de que Casián apareciera en la carretera.
-"¡A LA HORA QUE QUIERAS, CABRÓN!"-Gritó Mao
Cuando Casián llegó nos formamos y gritamos, e inmediatamente después de que nos anotaran en la hoja de registro, nos apartamos para discutir.
Belem (que estaba de Staff en la base) me decía que no fuera peleonero y que no discutiera, pero la verdad es que estaba enojado, y tenía que arreglar las cosas con el equipo antes de poder seguir.
Durante la discusión, Casián decía que ya le había ganado a CL, justificándose en que dicho equipo no había pasado de la base 2 el primer día y había llegado en barredora, y que el segundo día no compitieron completos, llegaron a la base 3 y de igual manera, llegaron en barredora, y que él quería pasar los siguientes 2 días tomando fotos y paseándose por todos lados, y Edgar le decía que no había ganado nada, ya que 2 días contaban mucho, que éramos un equipo, y que la meta que fuera que nos hacía continuar tenía que ser compartida por todo el equipo para poder funcionar.
Le pedimos a Casián que tomara una decisión. Podía seguir con nosotros y adaptarse a nuestro paso, nuestros descansos, nuestro ritmo, o podía quedarse atrás, de turista y tomando fotos.
-"Ya dijeron, el objetivo debe ser común para todos y debemos pensar juntos como equipo. Y yo ya no pienso como el resto del equipo"- Fue su respuesta.
Al oír eso, rellenamos botes de agua, guardamos las cosas, y acomodamos todo de forma que solo tuviéramos 2 mochilas (la de Josué y la mía, Casián le había roto la suya a Mao) y Mao, Josué y yo, gritamos (para este momento ya habíamos localizado las coordenadas) y nos fuimos.
El Staff quedó perplejo al ver que partíamos 3, dejando a Casián atrás, pero teníamos que seguir. 23 minutos nos separaban de la salida de CL, y no íbamos a dejar que se burlaran de nosotros. Esa era nuestra motivación. No necesitábamos más.
El siguiente punto estaba en un pueblo llamado Mesa Rica, que quedaba considerablemente lejos.
Comenzamos a trotar, para desgracia de nuestro cuerpo, y mantuvimos un paso como ninguno de los otros días.
En los ratos que íbamos caminando, nos poníamos a platicar sobre nuestra vida en tropa, ya que los 3 habíamos estado en la misma tropa.
Los viejos tiempos alimentaron parte de esas ganas de continuar.
Mientras caminábamos, comenzó a llover, Josué sacó su impermeable, Mao y yo nos quedamos así, en uniforme, ya que ninguno traía impermeable ya que contábamos con la licra bajo nuestra ropa para secarse rápido.
Para hacer nuestro camino menos doloroso y mas llevadero, Mao, con mucho cuidado, sacó su celular y puso a reproducir su lista de canciones de sus viajes Culiacán-Mazatlán.
Comenzamos a cantar canciones viriles, como Vivo por ella de Bocelli.
Continuamos avanzando, bajo la lluvia, aunque ahora ya no trotábamos tanto, pues el antes camino de terracería ahora era un camino de lodo mata-hombres. Un paso en falso podía hacernos caer en un charco de lodo y empeorar la situación.
Eventualmente, y como era de esperarse por este tipo de lugares, comenzaron a pasar carros por el camino, carros que no dudamos en detener para preguntar por Mesa Rica, lugar que, después de 1 hora de camino, podíamos CASI oler.
La lista de reproducción seguía avanzando, pasando a temas de Ricardo Arjona, que gustosos nos pusimos a cantar.
Seguimos avanzando, y eventualmente llegamos a un punto donde ya se veía el pueblo, y encontramos 2 caminos: Uno de concreto hidráulico y el de terracería que estábamos siguiendo.
Detuvimos a un taxi y le preguntamos qué camino nos llevaba más rápido a la base (que estaba convenientemente colocada en unas canchas deportivas, las únicas del pueblo), el taxista nos dijo, para nuestra gran sorpresa y suerte, que el camino de concreto nos llevaba a las canchas, y que (obviamente) era más fácil de transitar.
Seguimos el consejo del taxista, y después de unos 10 minutos (y de tener prácticamente que hacer acrobacias para no caer en algunos charcos de lodo) llegamos a la base 3.
Eran las 12:49 cuando dimos el grito, y de acuerdo con el Staff, CL había salido 13 minutos antes de nuestra llegada. Habíamos recuperado 10 minutos en el trayecto y eso nos daba el empuje que necesitábamos.
Localizamos el siguiente punto, que esta vez se encontraba a la salida de un pueblo llamado El Manzano.
Nos tomamos lo que quedaba de una Coca-cola que habíamos estado tomando en el trayecto y le dejamos la basura al Staff.
Antes de gritar y retirarnos, preguntamos al staff cuántas bases eran en total en el día, y nos dijeron que era un día corto, con 5 bases en total.
Gritamos y salimos corriendo rumbo a nuestro siguiente punto.
Según nuestro mapa, teníamos que recorrer cerca de 3.5 km para llegar a ese punto, así que pusimos pies en polvorosa y apretamos el paso.
Durante el recorrido hubo un equipo de muchachos que alcanzamos, y que al parecer nos venían "venadeando", pues empezaron a seguirnos una vez que los hubimos dejado un poco atrás. Y la verdad es que no era muy difícil seguirnos, ya que íbamos dejando huellas frescas en el lodo y una estela de vidrios y tímpanos rotos al ponernos a cantar Maná.
Una vez que recorrimos cerca de 2 km, llegamos a una bifurcación, en la que uno de los caminos nos llevaría a El Manzano, y la otra a San José Potrerillos. Según el mapa tendríamos que tomar el de la derecha para llegar a nuestro destino, pero los caprichos del INEGI habían sido demasiados, así que mejor preguntamos.
Efectivamente, el camino a seguir era el de la derecha, así que lo tomamos sin dudar. El equipo que venía detrás nuestro siguió nuestros pasos.
Después de que avanzamos unos 100 metros, encontramos en el camino un letrero muy bonito, que no sé porqué no le tomé foto.
El letrero decía más o menos:
Rancho San José Potrerillos
Y no solo eso, si no que tenía una bonita flecha que apuntaba en la dirección en la que íbamos.
Esto nos causó un poco de incomodidad, pero seguimos adelante, creyendo que era un pequeño error.
Eventualmente, encontramos otro letrero igual, y la duda entonces nos golpeó en el alma. Nos detuvimos y comprobamos vueltas y forma del camino, pero nada parecía coincidir. Cuando el equipo que iba atrás nos alcanzó, Mao se acercó y muy amablemente dijo:
-"¿Nos vienen siguiendo o también preguntaron?"
-"Los venimos siguiendo"
Eso significaba que no podíamos confiar en que ellos hubieran agarrado el buen camino por su cuenta.
Decidimos seguir por ese camino, asumiendo que si fuéramos al rancho San José, probablemente ya hubiéramos llegado.
Continuamos el camino, trotando a veces, las otras caminando, hasta que logramos ver a lo lejos, en el mismo camino, al carro gris de Edgar. Faltaban como 50 metros para llegar, cuando Mao me dice: "Unas carreritas a ver quién llega antes a la base".
Comenzamos a correr con todas las fuerzas, pero debo aceptar que ya no pude más y bajé mi velocidad, llegando Mao primero, luego yo y unos cuantos segundos después, Josué.
Nos paramos frente al Staff de la base 4 para gritar, y recibimos de Ulises (que estaba en una casa cercana comiendo y tuvo que correr hacia nosotros) las coordenadas del siguiente punto.
Cuando estábamos buscando dichas coordenadas, una chava del Staff de prensa se acercó con una cámara para grabarnos, y Mao no pudo evitar preguntar si tenía audio, pues de su celular emanaba una siempre viril rola de Ha-Ash, al ver que la chava asentía, apagó temporalmente su música.
Encontramos el punto y lo verificamos. Esta vez se encontraba en un pueblo llamado Cerro Gordo, y para llegar teníamos que recorrer poco más de 7 km.
La noticia buena era que podíamos seguir por el mismo camino, y eventualmente llegaríamos a la base.
Gritamos y nos despedimos de Edgar, no sin antes robarle unos Takis Guacamole, para mínimo comer algo, ya que no habíamos comido mas que chocolates y Coca-cola en todo el día.
Partimos con los Takis en la mochila, siguiendo siempre el camino.
Pasado alrededor de 1 km, llegamos a un punto en el que claramente se veía a lo lejos que el camino daba vuelta a la derecha, y lo comprobamos en el mapa. Efectivamente, el camino daba vuelta, y podíamos ahorrarnos a lo mejor 1 km si cortábamos por unos campos cercados a nuestra derecha.
Así lo hicimos, y tras encontrar un lugar por donde cruzar, nos pasamos al otro lado de la cerca y corrimos.
Avanzamos medio kilómetro, saltando 3 cercas de alambre de púas y cruzando por una granja, para finalmente llegar nuevamente al camino de terracería que nos llevaría a Cerro Gordo. Atrás de nosotros, un equipo de Rovers nos seguía los pasos.
Avanzamos por el enlodado camino, y nuevamente nos encontramos con un taxista, al que le preguntamos, solo para confirmar, si íbamos en la dirección correcta.
Resulta que sí, así que dejamos al taxista en paz y seguimos avanzando.
Fue así que llegamos a un punto en el camino en el que existía un enorme charco JUSTO en el centro, y en las orillas había suficiente espacio para colocar un pie solamente.
Valiéndonos un reverendo taco, nos atrevimos a dar un paso dentro del agua, con la idea de que no podía ser un charco muy profundo, y solo se mojarían las botas.
Como ya se imaginarán, esto fue un rotundo error.
Mi bota comenzó a hundirse más de lo que esperaba, y la saqué para que no entrara agua.
En vista del éxito que habíamos obtenido, decidimos tomar el camino de las orillas.
Josué tomó la orilla izquierda, Mao y yo la derecha. Fue cuando habíamos caminado cerca de 2 metros que nos dimos cuenta de que ya no podíamos seguir sin acercarnos al centro del charco, ya que había muchas plantas que nos impedían el paso. En este momento de incertidumbre, decidimos dar un brinco a una parte del charco que aún no estaba cubierta por agua, pero fue en ese momento que el lodo se comenzó a comer nuestras botas.
Si. COMER.
La suela de mi bota entró al lodo, y no quería salir. Estuve batallando algunos segundos para liberarla.
Cuando por fin logré sacar a mi bota de las fauces del lodo-movedizo sin inmediatamente hundir la otra bota, me regresé al punto donde comenzamos.
Cuando volteé, vi que Mao estaba luchando por su bota también, y regresaba conmigo.
Mientras nosotros habíamos tenido esta experiencia cercana a la muerte, Josué feliz y tranquilamente cruzó el charco, y nos esperaba del otro lado.
Mao y yo seleccionamos otro camino, por el centro del charco, brincando a las pequeñas "Islas" que se formaban.
Cuando llegamos del otro lado, Josué sonreía burlonamente mientras nosotros, llenos de lodo y humillación, tratábamos de explicarle, sin éxito alguno, que el lodo quería nuestras botas y tuvimos que luchar por ellas.
Una vez transcurrido este episodio, continuamos caminando cerca de un kilómetro más, hasta un punto en el que el camino daba una vuelta a la izquierda muy pronunciada, y el mapa decía que era una vuelta MUY inútil, ya que luego volvía a girar a la derecha, sacándole la vuelta a unas casas y unos campos de cultivo.
Mao, al ver esto, sugirió que cortáramos camino, atravesando los campos de cultivo.
El problema es que había partes que entraban un poco a la sierra, y me preocupaba perder el rumbo.
Tuvimos una pequeña discusión sobre si ir o no ir, y entonces Josué habló:
-"Yo digo que acortemos camino, así nos vamos a ahorrar tiempo y no vamos a caminar tanto."
Estaba perdido. No iba a ignorar a mi equipo, si ellos querían cortar camino, yo tenía que hacer bien mi trabajo con la brújula y sacarlos.
Seguimos un sendero que se separaba del camino de terracería, y, después de saltar una reja de alambre de púas, salimos a un llano, con una casa abandonada.
Poniendo la casa detrás mío, orienté el mapa y tracé la ruta que seguiríamos, en caso de que perdiéramos de vista el punto al que íbamos, podíamos utilizar la casa abandonada como referencia y retomar la ruta. Hice mis mediciones y marqué en la brújula el azimut.
Seguimos la ruta por el llano, hasta que topamos con unos árboles y otro cerco con alambre de púas.
Lo cruzamos con dificultad, pues los árboles formaban una especie de bosque, y la mayoría de ellos tenía espinas.
Una vez que cruzamos el cerco nos adentramos en el bosquecito, hasta salir por el otro lado, a un lugar donde había un sendero.
Seguimos el sendero, y llegamos a otro cerco.
Lo cruzamos por un lugar que tenía una abertura, y salimos directo a los terrenos de una gran casa que se veía a lo lejos. Busqué alguna de las otras referencias del mapa, y encontré un grupo de casas que aparecían tanto en el mapa como en el terreno. tracé una nueva ruta (pues la casa abandonada se había perdido de vista) y la seguimos, hasta encontrarnos con otro cerco, y al cruzarlo, con un camino de terracería más pequeño que el que habíamos abandonado.
Este camino no aparecía en el mapa, sin embargo, lo seguimos, ya que el sentido común nos indicaba que seguirlo nos sacaría de nuevo al camino de terracería "original".
Después de 5 minutos, el camino por donde íbamos se cruzaba con otro mucho más grande, que asumimos que era el camino a Cerro Gordo.
Continuamos avanzando, y nos topamos con un hombre que cabalgaba por el camino.
Lo detuvimos brevemente para corroborar que íbamos por buen camino, y nos agradó el escuchar que sí, que no faltaba mucho para llegar al pueblo. Nos comentó también que muchos otros muchachos vestidos igual habían pasado por ese mismo camino, y le dijimos que era una competencia.
Después de darle las gracias, continuamos nuestro camino, con el pecho hinchado por la hazaña que habíamos realizado (que a lo mejor no es tan grande, pero en ese momento nos parecía enorme).
Entonces lo que habíamos estado callando salió de nuestras bocas.
-"¿Habremos pasado ya a CL?"
-"No lo se, pero creo que sí, no creo que se hayan atrevido a cortar camino así"
-"¿Y si no los hemos pasado?"
-"Yo creo que ya los pasamos, y si no, no están muy lejos de nosotros, no nos llevaban TANTO tiempo, y recortamos mucho ahorita" (cabe mencionar que si hubiéramos seguido el camino hubiéramos tardado por lo menos media hora más en llegar).
Fue entonces que volvimos a poner música, y cantando, seguimos nuestro camino.
Eventualmente, comenzamos a pasar por muros y casas, y supimos que estábamos ya en la entrada del pueblo, ahora solo hacía falta buscar la base.
Estábamos por entrar oficialmente al pueblo, cuando escuchamos gritos, y al voltear, vimos a Edgar en su carro alcanzándonos. Nos dijo que no había visto a CL y que nos apuráramos.
Siguió su camino y nosotros también, y no habían pasado 2 minutos cuando recibí una llamada de Edgar.
-"El otro equipo no viene ni a 500 metros frente a ustedes, apúrenle si quieren ganarles"
Colgué y le dije a Josué y a Mao (que llevaba corriendo con un Sleeping desamarrado desde que Edgar nos había alcanzado) lo que me había dicho Edgar, nos repartimos las cosas que teníamos sueltas y comenzamos a correr.
Corrimos y corrimos, y cuando nos cansábamos trotábamos.
Pasado poco tiempo los alcanzamos. Un miembro de su equipo estaba hasta atrás con su líder, Víctor Shinobi, otros 3 venían más adelante platicando, y el otro miembro iba mucho más adelante, con un integrante de otro clan.
Alcanzamos a Shinobi y el muchacho lastimado, que resultó ser Arián, un miembro del grupo 8 de Culiacán (del grupo que son Mao y Josué) y los rebasamos.
Unos segundos después alcanzamos a Gabriel, Humberto y una chava que no conozco, y también los pasamos, no sin antes ver sus caras de perplejidad y desesperación.
Continuamos con ese paso, y después de unos minutos, llegamos por fin a la base 5. Eran las 15:00 cuando dimos el grito y nos registramos, y estábamos contentos, ya que habíamos logrado nuestra meta del día.
Pero entonces... un miembro del Staff se me acercó y me dijo: "Aquí están tus coordenadas".
El mundo se cerró sobre nosotros.
Nos habían dicho antes en ese día que eran 5 bases, y ahora tenía frente a mí un papel que me decía la posición de la base 6.
Tomé el papel y vi las caras de mi equipo, un tanto desalentado por el hecho de que tendríamos que correr un poco más.
Localicé el punto lo más rápido que pude, mientras escuchaba el grito de llegada de CL.
Me levanté y reuní a mi equipo (Mao se había ido a orinar y Josué compraba comida para cuando llegáramos a la última base).
Gritamos y nos fuimos, si bien no corriendo, trotando sí.
Cerca de 4 km nos separaban de la última base (según el Staff de la base 5, que era la última base, según el Staff de la base 3)
Seguimos trotando, y comenzó a llover de nuevo. Esta vez mucho más fuerte.
Pasado algún tiempo, dejamos de trotar y continuamos caminando.
Pasamos muchas bardas y casas con rejas eléctricas, en algunas ocasiones encontrábamos privadas residenciales.
Pasados algunos kilómetros, encontramos una tienda, donde me detuve a preguntar por la cascada velo de novia, que era el lugar al que nos dirigíamos.
-"Está aquí cerca, a 15 minutos de camino"- Me dijeron
Al escuchar eso me animé, pues estaba ya muy cansado no solo física, si no mentalmente, y podía decir lo mismo de Josué y Mao.
Pasados unos minutos, me topé con un carro estacionado, y le pregunté a una señora que estaba dentro por la cascada.
-"Sigue este camino 10 minutos más y habrás llegado"
-"¡10 MINUTOS!"- Le grité a mi equipo.
Caminamos más rápido, queríamos que esos 10 minutos se convirtieran en 5.
Más adelante nos encontramos con un taxista, quién nos dijo:
"Están a aproximadamente 15 minutos"
¿15? ¡Nos acababan de decir que 10!
La desesperación hizo que bajáramos un poco la velocidad, pero seguimos caminando.
Entonces, escuché que alguien se acercaba.
Volteé mi cabeza y ví que 3 de los integrantes de CL venían corriendo, aceleramos el paso, y la chava nos gritó:
-"¡¿No que no corrían?!"
-"¡La ruta se hace en equipo, necesitas a todo tu equipo para que cuente!" - Gritó Mao
Cuando nos pasaron, escuchamos a Gabriel decir: "Hay que apurarnos a dejar las cosas para regresar por el resto del equipo".
No pude evitar pensar en el desperdicio de energía que iban a hacer, pero no estaba en mí decírselos.
Continuamos el camino, y pasados unos 10 minutos, llegamos por fin a la entrada al parque donde estaba la cascada.
Entramos al parque, y recorrimos un tramo de camino de unos 100 metros, hasta que llegamos a un lugar donde se podía bajar. Era abajo, en la base de la cascada, donde el Staff nos esperaba.
Bajamos con mucha dificultad, y llegamos con el Staff, y gritamos. Eran las 15:55.
Se nos indicó cómo llegar al área de acampado, y seguimos las indicaciones, hasta llegar a un lugar que el parque había acomodado con cabañas y mesitas para los visitantes. Muchos equipos armaban tiendas de campaña, otros se refugiaban de la lluvia en las cabañas (que no estaban abiertas, pero ofrecían protección).
Deambulamos unos minutos, y finalmente nos tiramos en el suelo, sacamos una lona y nos tapamos con ella, y dentro, comenzamos a comer las mantecadas que Josué había comprado.
Y esta es la última foto que hay del día. |
Llegamos al lugar donde el Staff había puesto la vendimia de alimentos, y compramos una hamburguesa Mao y una yo, además de unas papas y unos refrescos.
Comimos en compañía de Belem (para desdicha de Mao) y de otra amiga que habíamos hecho ese mismo día.
Platicamos de muchas cosas, y estuvimos un buen rato ahí, hasta que nos llamó Edgar.
Quedamos de vernos con él en el estacionamiento, pues ahí había puestos para comer un poco más.
Íbamos de subida cuando nos encontramos a Casián, que se unió a nosotros.
Cuando llegamos con Edgar teníamos un hambre tal, que bien hubiéramos podido pedir en la tienda TODO lo que tuvieran, pero nos conformamos con un Café (o Coca) y unos chilaquiles.
Platicamos un muy buen rato, y cuando comenzó a oscurecer, nos bajamos de nuevo, para armar la tienda.
Llegamos a oscuras al lugar donde íbamos a armar la tienda, pues nos perdimos en el trayecto (qué humillante)
Tardamos un rato en armar la tienda, pues a oscuras todo es difícil.
Una vez que la tienda estuvo armada y las cosas dentro, fuimos entrando de uno en uno, quitándonos antes nuestras botas y calcetines, para no hacer mucho desmadre de lodo dentro y dormir a gusto.
Una vez que estuvimos todos dentro comenzamos a analizar nuestros pies, destruidos por el día.
Por suerte, seguían siendo útiles (aunque lo mismo no pudiera decirse a la siguiente mañana) y todos nos acomodamos para dormir.
Justo cuando estábamos ya todos acomodados, alguien se acercó a la tienda:
-"¿Triskel?"
-"Si, ¿quién es?"
Se abrió la puerta de la tienda y vimos entrar a Ulises, mojado y cansado, quién nos dijo que llevaba mucho tiempo buscándonos.
Una vez dentro y acomodado, cerramos la puerta, y nos dispusimos a dormir.
Este había sido un día donde, a pesar de los problemas, habíamos salido victoriosos.
Había sido un día donde nos habíamos vencido a nosotros mismos, y no cabíamos de la alegría.
A pesar de esto, la humedad y el cansancio mental y físico nos hacía pensar en cómo lograríamos superar el día que venía enfrente.
Por suerte, el sueño hizo que todas estas preocupaciones se disiparan.
Fin del día 3 de 4
Tyr
Día 1, Día 2, Día 4
Llegamos a oscuras al lugar donde íbamos a armar la tienda, pues nos perdimos en el trayecto (qué humillante)
Tardamos un rato en armar la tienda, pues a oscuras todo es difícil.
Una vez que la tienda estuvo armada y las cosas dentro, fuimos entrando de uno en uno, quitándonos antes nuestras botas y calcetines, para no hacer mucho desmadre de lodo dentro y dormir a gusto.
Una vez que estuvimos todos dentro comenzamos a analizar nuestros pies, destruidos por el día.
Por suerte, seguían siendo útiles (aunque lo mismo no pudiera decirse a la siguiente mañana) y todos nos acomodamos para dormir.
Justo cuando estábamos ya todos acomodados, alguien se acercó a la tienda:
-"¿Triskel?"
-"Si, ¿quién es?"
Se abrió la puerta de la tienda y vimos entrar a Ulises, mojado y cansado, quién nos dijo que llevaba mucho tiempo buscándonos.
Una vez dentro y acomodado, cerramos la puerta, y nos dispusimos a dormir.
Este había sido un día donde, a pesar de los problemas, habíamos salido victoriosos.
Había sido un día donde nos habíamos vencido a nosotros mismos, y no cabíamos de la alegría.
A pesar de esto, la humedad y el cansancio mental y físico nos hacía pensar en cómo lograríamos superar el día que venía enfrente.
Por suerte, el sueño hizo que todas estas preocupaciones se disiparan.
Fin del día 3 de 4
Tyr
Día 1, Día 2, Día 4
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